"Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús"
Nació en Lima (Perú), el 20 de abril de 1586, sus padres eran Gaspar de Flores y María de Oliva. Fue bautizada con el nombre de Isabel Flores de Oliva, pero se la llamaba comúnmente Rosa fue el nombre que le impuso en la Confirmación el arzobispo de Lima, Santo Toribio.
Fue beatificada por el Papa Clemente IX y declarada "Patrona de Lima". En 1671, se declaró a Santa Rosa de Lima como Patrona Principal de América, Filipinas y las Indias Orientales.
Ha recibido el nombre que encierra el cariño de sus seguidores, de Virgencita de la América del Sur.
1617.- A los 31 años, murió Santa Rosa de Lima. Elevó su alma a Dios Isabel Flores (1586-1617) y confirmada con el nombre de Rosa de Santa María. En su homenaje este es el Día de la Patrona de América, Santa Rosa de Lima. Fue canonizada en 1668 (aunque otros documentos indican el año 1671).
Recibió una sólida educación, aprendió a tocar el arpa y el piano. A los veinte años decidió ingresar en la orden dominica. Tomó a Santa Catalina de Siena como modelo, a pesar de la oposición y las contrariedad de sus padres y amigos.
Entre los relatos acerca de la humildad y la penitencia de la joven Rosa, cuentan que en cierta ocasión, su madre le coronó con una guirnalda de flores para lucirla ante algunas visitas y Rosa se clavó una de las horquillas de la guirnalda en la cabeza, con la intención de hacer penitencia por aquella vanidad.
Como su larga cabellera causaba admiración, Rosa se la cortó, pues no quería ser apreciada por su belleza exterior sino por la interior.
Ante alabanzas de su belleza, Rosa llegó a restregarse la piel con pimienta para desfigurarse y no ser ocasión de tentaciones para nadie.
Una dama le hizo un día ciertos cumplimientos acerca de la suavidad de la piel de sus manos y de la finura de sus dedos; y la santa se talló las manos con barro, a consecuencia de lo cual no pudo vestirse por sí misma en un mes.
Atacó las tentaciones y el amor propio con la oración y el ayuno, con la humildad, la obediencia y la abnegación de la voluntad propia.
Hizo votos de virginidad para confirmar su resolución de vivir consagrada al Señor.
Se recluyó prácticamente en una cabaña en el huerto de sus padres. Llevaba sobre la cabeza una cinta de plata, cuyo interior tenía puntas haciendo los efectos de una corona de espinas.
Se dedicó a sus obras de misericordia con los necesitados y oprimidos y a la obra misionera de la Iglesia con celo ardiente por la salvación de los pecadores y de los "indios".
Rosa pasó los tres últimos años de su vida en la casa de Don Gonzalo de Massa, un empleado del gobierno, cuya esposa le tenía particular cariño. Sufrió una penosa y larga enfermedad que precedió a su muerte. Ella la asumía orando: "Señor, auméntame los sufrimientos, pero auméntame en la misma medida tu amor".
Falleció a los treinta y un años de edad.
El 10 de Septiembre de 1958, la Santa Sede Apostólica, a través de un Decreto confirmó una petición que hiciera la Asociación Peruana de Enfermeras a su Santidad Pío XII de declarar a Santa Rosa Virgen Limeña como Patrona Celestial de las Enfermeras Peruanas.